domingo, 31 de enero de 2016

Ostio y los romanos (leyenda Cerdeña)

OSTIO Y LOS ROMANOS
«LEYENDAS DE CERDEÑA»



Autora:  Grazia Deledda

Fecha de edición: 1988 (Pertenece a la colección de doce cuentos de Cerdeña)


PERSONAJES PRINCIPALES


Ostio: Es el protagonista, era el nieto de un pastor, era un joven valiente y muy feroz

Pastores: Personas que se ganaban la vida con el pastoreo en Cerdeña

Aldeanos: Personas que habitan Cerdeña en los que se incluyen mujeres, ancianos,

niños, jóvenes...



RESUMEN DE LA LEYENDA



Los romanos llegaron a Cerdeña con el objetivo de hacerse ricos, ya que allí había minas
de plomo. Los habitantes de Cerdeña decidieron atrincherarse y esconderse en

montañas mientras que los visitantes se encontraban en la isla. No era una población

preparada para la batalla, ya que casi todos eran pescadores, campesinos...


En aquella época vivía un joven llamado Ostio, que era un chico muy valiente y feroz

cuanto menos. Un día Ostio se harto de estar escondido y decidió avisar a todos los

jóvenes que estaban con él. El tenía un plan y era ir a por aquellos romanos que

entraron en Cerdeña, todos los jóvenes aceptaron. Todo el plan debía quedar oculto ya

que si se lo decían a las demás personas no les dejarían llevar el plan a cabo.


Llego la noche, era la hora de la salida. Toda la multitud de jóvenes salieron en caballos

a toda velocidad para que nadie se diera cuenta de este pequeño ataque pero, en aquel

momento un pastor que cuidaba de su rebaño les vío pasar, inmediatamente el hombre

fué ha avisar a toda las personas que se encontraban en la gruta que era donde estaban

escondidos.

 Los padres de los jóvenes quedaron asombrados y inmediatamente salieron a por los

chavales pero, no había caballos, toda la multitud de jóvenes se los llevaron. Decidieron

ir a pie aún sabiendo que llegarían tarde...


Cuando los padres de los jóvenes llegaron a la posición de los romanos, se encontraron

con sus hijos, estaban intactos y desarmados. Los romanos se acercaron a los hombres y

les dijeron:

-No peleamos con jóvenes pero, estamos asombrados con la valentía de vuestra gente y

nos encantaría «firmar» la paz entre nosotros.


Los hombres aceptaron el tratado de paz de los romanos, entre todos empezaron un

nuevo trayecto hacia insignias romanas.



FIN

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